Los dispositivos para ayudarnos a contar y calcular
aparecieron a medida que se desarrollaban los sistemas numéricos en distintas
partes del mundo. Alrededor del año 3000 a.c., mercaderes y traficantes en el
Medio Oriente y a lo largo de la ruta de tráfico del Mediterráneo comenzaron a
utilizar el ÁBACO, este simple marco de madera con bolas ensartadas por
alambres es aun hoy utilizado en muchas partes del mundo para realizar cálculos
contables y comerciales.


El pintor Leonardo da Vinci (1452-1519) trazó las ideas para
una sumadora mecánica. Siglo y medio después, el filósofo y matemático francés
Blaise Pascal (1623-1662) por fin inventó y construyó la primera sumadora
mecánica, se la llamó Pascalina y funcionaba como una maquinaria a base de
engranajes y ruedas, y tiene el mismo principio que el cuentakilómetros de un
automóvil. Esta máquina solo podía sumar y restar operaciones, a pesar de que
Pascal fue engrandecido por toda Europa debido a sus logros, la Pascalina
resulto un desolador fallo financiero, pues en ese momento, resultaba más
costosa que la labor humana para los cálculos aritméticos.Unos años más tarde, un alemán llamado

Gottfried Leibnitz
mejoró la máquina de Pascal. Inventó una calculadora que, además de sumar y
restar, también podía multiplicar, dividir y hallar la raíz cuadrada de un
número, se accionaba manualmente.
El telar de tejido inventado en 1801 por el francés Joseph-
Marie Jackard (1753-1834), usado todavía en la actualidad, se controla por
medio de tarjetas perforadas. El telar de Jackard opera de la manera siguiente,
las tarjetas se perforan estratégicamente y se acomodan en cierta secuencia
para indicar un diseño de tejido en particular.


Charles Babbage (1792-1871) fue un inventor y matemático
británico que diseñó y construyó máquinas de cálculo basándose en principios
que se adelantaron al moderno ordenador o computadora electrónica. Charles
Babbage quiso aplicar el concepto de las tarjetas perforadas del telar de
Jackard en su motor analítico. En 1843 Lady Ada Augusta Lovelace sugirió la
idea de que las tarjetas perforadas pudieran adaptarse de manera que
propiciaran que el motor de Babbage repitiera ciertas operaciones. Debido a
esta sugerencia se considera a Lady Lovelace la primera programadora.
En la década de 1820, Babbage comenzó a desarrollar su
máquina diferencial, un aparato que podía realizar cálculos matemáticos
sencillos. Aunque Babbage empezó a construir esta máquina, no pudo terminarla
por falta de fondos. Sin embargo, en 1991 unos científicos británicos que
siguieron los dibujos y las especificaciones detalladas de Babbage,
construyeron esa máquina diferencial: la máquina funcionaba a la perfección y
hacía cálculos exactos con 31 dígitos, lo que demostraba que el diseño de Babbage
era correcto.
A finales del siglo XIX, se utilizaban en las empresas
máquinas de cálculo mecanizadas como la tabuladora de Holletrith, con la que se
realizó el censo americano.
En 1943, por encargo de la Marina norteamericana, IBM
construyó el Mark I, un ordenador totalmente electromecánico de 17 m de largo,
2,5 m de altura y 5 toneladas de peso. Utilizado con fines bélicos, el primer
ordenador automático constaba de 750.000 piezas, unidas por cerca de 80 km de cables. El primer ordenador electrónico fue el Eniac
construido en la escuela de Modre(1945) capaz de realizar 5000 sumas por
segundo, pesaba 30 toneladas y utilizaba 182000 válvulas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario